Mi Testimonio
1 Samuel 15:22 TLA
pero Samuel le dijo: «A Dios le agrada más que lo obedezcan, y no que le traigan ofrendas. Es mejor obedecerlo que ofrecerle los mejores animales.
Dios nos cuenta a través de su palabra que en una ocasión él había escogido a una persona para que fuera rey de Israel. No porque tuviera las características o cualidades para serlo. En realidad, no tenía ningún atributo de rey, pero Dios así lo quiso. Dios convirtió a Saúl rey del pueblo de Israel.
Luego Dios le dio unas instrucciones que debían ser cumplidas al pie de la letra. Saúl tenía que atacar a la ciudad de Amalec y destruir todo lo que tenían sin perdonar la vida de nadie. En ocasiones Dios nos da instrucciones de eliminar cosas en nuestra vida y nos dice que debemos eliminar todo sin dejar nada en pie. Y ¿Qué hacemos? Lo mismo que hizo el rey Saúl. Actuamos a nuestro modo, de acuerdo con lo que nosotros pensamos que deben ser las cosas.
1 Samuel 15: 8-9 Mató a toda la gente de Amalec, y a todos los animales débiles y de poco valor. Sólo dejó vivo al rey Agag y a los mejores animales de los amalecitas.
A veces cuando Dios nos dice que eliminemos cosas nosotros empezamos a escoger que puedo eliminar y cuales puedo mantener. Y las instrucciones de Dios fueron claras, tienes que eliminarlas todas. Es por eso que Dios a veces se arrepiente de habernos hecho reyes al igual que a Saúl.
1 Samuel 15:11 «Saúl no me hace caso ni me obedece. ¡Lamento haberlo hecho rey!»
¿Qué es obediencia?
Cuantas veces hacemos la misma pregunta a Dios. ¿Dios que tu quieres que yo haga? Muchas veces sabemos lo que Él quiere que hagamos, pero nosotros no queremos obedecerle.
Obedecer es hacer lo que Dios dice en el momento, y de la manera que dice que se haga. Para obedecer, debemos saber lo que a Él le agrada, lo cual requiere que leamos y nos familiaricemos con las Sagradas Escrituras. Ya que allí es donde están todas Sus instrucciones.
¿Cuál es nuestra responsabilidad como hombres?
Al igual que el rey Saúl, aunque no lo merecemos, Dios nos ha puesto como reyes y sacerdotes. Tenemos la responsabilidad de educar y proteger a nuestra familia. Pero por tener miedo al qué dirán, desobedecemos a Dios y los dejamos que hagan lo que les dé la gana. Por eso Dios muchas veces se arrepiente de darnos esa posición de liderazgo.
Un Tiempo de prueba
Toda mi vida me encontraba huyendo de Su presencia y haciendo las cosas a mi modo. Siempre estaba buscando mi bienestar y tratando de encontrar cosas que me llenaran o que me apasionaran. Pero todo fue en vano, todo lo que hacía no tenía ningún sentido.
Recuerdo que durante mi juventud no soportaba el simple nombre de Jesús. Me molestaba que me hablaran de Él. En realidad, lo hacía por miedo al qué dirán o la presión de grupo. Era un rebelde de Dios sin tan siquiera saber por qué. Escuchaba siempre la frase “busca de Dios” y yo no tenía interés de hacerlo. Pero, aunque yo me mantenía huyendo de Su presencia El siempre se las arreglaba para acercarse a mí.
En una ocasión comenzaron a dar las clases bíblicas para jóvenes en casa de mi vecino y yo me le escondía a la maestra para no asistir. Pero luego me di cuenta de que todos mis amigos estaban allí y quise ver lo que hacían en ese lugar. Me percate que cuando culminaban las clases repartían un rico mantecado de ese que tenía tres sabores. ¿Y saben qué? Termine tomando las clases solo para poder comer de ese mantecado gratis. El gancho de parte de Dios en ese momento fue el mantecado y yo no me daba cuenta.
Luego al no conseguir trabajo me enlisté en el ejército y en realidad tenia mucho miedo al futuro. El miedo a la incertidumbre me hizo visitar la iglesia por primera vez. Ese tiempo de estar en los Estado Unidos, fuera de casa por primera vez y estar solo en un lugar desconocido y en otro idioma. Me hizo acercarme mucho más a Dios. Aunque no tenia idea de lo que hacía, en ese tiempo a solas empecé a comunicarme más con El.
En una ocasión le pedí que cuando regresara a Puerto Rico me presentara a la mujer que El entendiera que era la ideal para mí, ya que yo escogiendo era un fracaso. Cuando regreso del entrenamiento, comienzo a estudiar en un colegio. Y de la nada sale esta chica y al instante no sé cómo explicarlo algo me dice “Esa es la ideal”. Ahora puedo entender que fue el Espíritu Santo quien siempre me guía, me consuela y me confirma. Cuando comienzo a pasar tiempo con ella para conocerla me di cuenta de que era cristiana. ¡Ya ustedes saben lo que pensé! Otro gancho de Dios.
Bueno ahora me encontraba asistiendo a la iglesia regularmente, no para aprender de la Biblia o para seguir a Jesús, sino por estar más tiempo con mi novia. Aunque estaban pasando cosas extraordinarias, que todavía no las podía ver y mucho menos comprender.
Pasando el tiempo y ya con hijos, una vez uno de ellos le dice a mi esposa ¿Por qué papa no va a la iglesia con nosotros? Esa responsabilidad como educador y protector no la estaba ejerciendo. La posición de rey y sacerdote de mi hogar estaba en peligro. Estuvo a punto de que se cumpliera lo del versículo 28 en mi vida y yo sin saberlo.
1 Samuel 15:28 Entonces Samuel le dijo: Así es como Dios te va a arrebatar el reino de Israel, para dárselo a un israelita mejor que tú.
Pero como mis hijos estaban tocando en el grupo de alabanza de la iglesia, uno tocaba la guitarra y el otro la batería, pues fui para verlos y apoyarlos. Ese fue otro gancho. Ahí fue cuando comencé a escuchar con más atención la palabra de Dios. Y poco a poco fue trabajando y penetrando hasta llegar directo a mi alma.
Pero no fue hasta que cumplí mis cuarenta años cuando tuve el gran despertar espiritual. Dicen que el numero cuarenta en la biblia tiene un gran significado. El número 40 es un número utilizado para señalar un tiempo de prueba o examen para poner algo o a alguien en “evidencia”, ya sea buena o mala. Entonces fue en ese momento que me di cuenta de que durante todo ese periodo estuve a prueba.
El número cuarenta marcó un periodo importante en mi vida, fue una etapa de pruebas al igual que para algunos personajes de la biblia:
- Cuarenta días y noches del diluvio. Génesis 7:12
- Moisés estuvo 40 días y 40 noches en el monte Sinaí. Deuteronomio 9:9
- David reinó por 40 años (1 Reyes 2:11), al igual que Saúl (Hechos 13:21) y su hijo Salomón (1 Reyes 11:42).
- Jesús fue al desierto después de su bautismo por 40 días y noches para ser tentado por Satanás. Mateo 4:2
- Tras su crucifixión, el tiempo en el que se apareció a sus discípulos fue precisamente de 40 días. Hechos 1:3
¿Quieres mantener tu posición de rey? O ¿Vas a permitir que Dios se la de a otro?
No permitas que te quiten tu cargo. Aprende a escuchar las instrucciones de Dios. Obedécelas al pie de la letra sin quitarle o añadirle. Si sientes que tienes que eliminar cosas en tu vida, elimínalas. Si sientes que tienes que hacer algo para Dios, hazlo. Si no le has dedicado tiempo a tu familia, saca tiempo. Tu eres un rey y sacerdote de Dios y tienes que actuar como tal. Recuerda lo que dice la palabra de Dios en 1 Pedro 2:9.
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